Alucinaciones
sábado 29 de diciembre de 2007
© Sergio Plou
Artículos 2007

    Si estás bajo de defensas cualquier racha de aire te cala los huesos. Te das cuenta después, cuando vas con el moco colgando y es imposible poner parches. Bajo el efecto de una gripe de cinco días de duración te acostumbras a ver el mundo bajo un prisma febril, de modo que observas el asesinato de Benazir Bhutto en los telediarios como si se tratara de una alucinación. No soy adivino pero me parecía evidente que se rifaba este cañazo, de hecho el haberlo intuido me puso la carne de gallina. En Asia, si los americanos apuestan por ti, te cuelgan al cuello una diana. Aglutinar en una sola persona a toda la oposición democrática colocó a Benazir Bhutto no sólo en el plano de los símbolos sino también en el punto de mira del tirano. No ya porque representara un peligro para el régimen, sino porque la chulería de esta mujer recortaba sus beneficios. Tan arriesgada como inteligente, eligió para volver a su país el único momento posible. Bajo la ley marcial y con el tribunal supremo de rodillas, no habría jueces que la obligaran a rendir cuentas sobre las corruptelas del pasado, cuando era ella quien estaba sentada en el sillón del gobierno. El vacío legal ofrecía una oportunidad de regreso, pero sin garantías de sobrevivir al intento.
    En intentos de esta envergadura se sube pronto como la espuma (sobre todo si te dan cuerda) y se muere después con la misma crueldad que en la guerra. Al final nunca se sabe quién pegó el tiro y metió las bombas, pero como los símbolos siempre resultan rentables se les acaba sacando el jugo hasta que no queda ni zarrapita. Encontrar detrás de su asesinato la mano de Bin Laden favorece la represión y la pérdida de libertades, así que la posición adoptada era la más obvia para el continuismo, circunstancia que da grima escuchar en las noticias. Resulta simplón echarle la culpa de todo a los talibanes de Al Qaeda, máxime si ellos mismos se apuntan a lo que haga falta. El símbolo elegido como caracterización del mal para el siglo XXI, el enigmático héroe de cómic al que llaman Bin Laden, sirve ahora de tapadera para ir limpiando el patio de gente díscola en Paquistán. Los más próximos seguidores de Benazir Bhutto, mientras tanto, caen asesinados en público y a la luz del día. Es la cuadratura del círculo. Ciertas alucinaciones se muestran reales cuando ves las imágenes de gente corriendo en medio del polvo, del pánico y de la violencia en el preciso instante en que se desencadenan.

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