Rachida & Josema
martes 2 de septiembre de 2008
© Sergio Plou
Artículos 2008

    Como las Olimpiadas se han comido todo el pastel informativo durante el verano, los cotilleos más jugosos nos llegan con retraso. Según cuenta el periódico marroquí L' Observateur, uno de los más «solventes» del Magreb, el baby que espera la Ministra de Justicia francesa, Rachida Dati, podría ser de Jose María Aznar. Toma taba. El rotativo no lo suelta así de claro, sino que se refiere al presidente español que precedió a Zapatero, circunstancia que, a fin de cuentas, es como decir lo mismo pero en plan chorrón. El cachondeo ha sido tan impresionante que el propio Aznar ha tenido que hacer un comunicado para desmentir el asunto y amenazar con demandas legales sobre aquellos que se ceben en semejante despropósito. Hará un año, más o menos, que la family Aznar tuvo que salir al paso también sobre la comidilla que se estaba montando alrededor de su supuesta separación conyugal, de modo que encima llueve sobre mojado. La gente, poco puesta en el «Who is Who» de la política europea, en seguida ha buscado en Google una foto de la mengana en cuestión para verle el careto. La verdad es que tiene un parecidillo con la Botella, aunque la señora ministra tenga orígenes marroquíes y argelinos, y hace poco más de un año hubo mucho jolgorio con ella en la tele francesa sobre sus ocupaciones reales en el parlamento. El gobierno de Sarkozy, y el propio presidente, gracias al amorío y boda con la Bruni, dan juego en la prensa rosa, en la amarilla y hasta en la azul. No hablo de la roja porque no existe. Lo más parecido en colores es la Gore-Press, y tiene un público que se contenta con cualquier guerra. Sin embargo, la ministra en cuestión —conservadora en sus más rancios principios y a la que le gusta despedir al servicio si no respeta las conductas morales de la derecha en el poder— Rachida Dati suele predicar contra el ejemplo que ella misma representa y se atrapa con frecuencia en sus propias contradicciones, no es extraño que a su alrededor se monten las conjeturas más agudas. No deja de ser lamentable que una mujer tenga que dar explicaciones sobre su vida privada, tenga o no un cargo relevante en la política o en la empresa, ocurre que el refrán «dime de lo que presumes y te diré de lo que careces» se ajusta en su caso como un guante. Sus silencios en cuanto a la paternidad de la criatura que espera se interpretan más como intentos de ocultar un escándalo que como algo inherente a su vida privada. Cuando el periodismo de lo couché se conecta con el cotorreo político el resultado es espeluznante. Henos aquí dilucidando al común de los mortales si Aznar se habrá echado o no un casquete con la Rachida— sin tomar las más obvias precaucciones — llegando el choteo hasta tal extremo que se convierte en portada digital de todos los medios escritos, para mayor escarnio de los implicados y absoluto solaz del populacho, que se relame con estos enjuagues lo mismo que un servidor. Es inevitable. No tiene mayor misterio que liberales y socialdemócratas retocen allende sus conyugales camas, pero si los garantes de las viejas costumbres se refocilan de tapadillo y a lo somarda, con tan mala fortuna encima que se descubren cuernos, chismes y demás sandeces, entonces su moralina política se desmorona y acaba dando pábulo a sabrosos chascarrillos. Llega un instante en que da lo mismo que sea verdad o se trate de un bulo, sólo de imaginarlo te partes el alma.

Articulos
Primeras Publicaciones 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 — 2001 2007 2008 2009 2010 2011        
Cronicas Críticas Literarias Relatos Las Malas Influencias Sobre la Marcha La Bohemia La Flecha del Tiempo